Independientemente de la legión de Árabes y Palestinos que poblaron la Ciudad Cívica de Olanchito, y establecieron múltiples negocios vertebrando el verdadero comercio de la localidad, se hicieron presentes igualmente un buen número de extranjeros provenientes de otras latitudes, quienes se movilizaron hacia las tierras promisorias del Valle del Aguan, atraídos por el florecimiento económico que se producía con motivo de la instalación en la región de las compañías bananeras norteamericanas, y la construcción de las vías del ferrocarril, que pusieron en comunicación y enlazaron las principales comunidades del medio rural con las centrales administrativas de las empresas, constituidas en La Ceiba, Atlántida (Central de Operaciones), Castilla, Colón (Central de Operaciones), Planes, Colón (Regional de Operaciones), Isletas, Colón (Regional de Operaciones), Coyoles Central (Olanchito), Central de Operaciones), que fueron en síntesis los lugares en torno a los cuales giró el movimiento financiero de las compañías trasnacionales.
El cuadro que presento a continuación, detalla la fuerte presencia extranjera establecida en Olanchito, y sus alrededores, y los negocios variados que explotaron la zona, donde originalmente circularon los dólares como moneda de curso regular y seductora, más tarde los bonos de compensación laboral de obligado cambio por víveres en los célebres comisariatos, y finalmente los pagos en efectivo en los diversos campos bananeros, donde se hacían presente un tren de vapor arrastrando un solo vagón donde viajaban, el encargado de las planillas o pagador, y un pelotón de soldados primitivos irreflexivos para aplacar por orden del verdugo principal, la indisciplina y bravuconería de los trabajadores enardecidos por el alcohol, que gritaban sin motivos vivas gloriosos al Partido Liberal.
