Por : Gonzalo Núñez/ Radio PRAGA
‘Anita, la Cazadora de Insectos’, del realizador Hispano Durón, es la película que inaugura este jueves, en el Instituto Cervantes de Praga, el primer ciclo de cine hondureño en la República Checa. En la siguiente entrevista, el mencionado cineasta catracho comenta qué significa hacer cine en su país.
Tres largometrajes y tres cortometrajes. El primer ciclo de cine de Honduras en la República Checa, organizado por el consulado de ese país en Praga y por el Instituto Cervantes, será un fiel reflejo de la idiosincrasia hondureña, país más acostumbrado a acaparar titulares internacionales por su situación política o de seguridad que por su arte.
Abre el ciclo, este jueves, ‘Anita, la Cazadora de Insectos’, que en el año de su estreno, en 2002, se convirtió en el tercer largometraje de ficción hondureño de la historia, y película que de algún modo dio impulso a la especie de mini-boom que vive hoy el séptimo arte catracho.
Muy contento de que su película pueda verse en Praga, tan lejos de Honduras, Hispano Durón, al teléfono desde Kansas, EE.UU., donde realiza un doctorado en cine centroamericano, sostiene que su ópera prima es un drama familiar.
Hispano Durón “Lo primero que hay que decir es que es una historia basada en un cuento de un autor hondureño, Roberto Castillo, que falleció hace poco. Es una historia que es muy conocida en Honduras porque es un cuento que se ha leído bastante y a mí siempre me gustó y quise hacer una versión cinematográfica. La película cuenta básicamente la historia de una adolescente que tiene problemas de comunicación con sus padres. Debido a esto ella huye de su casa. Estando fuera de su casa es raptada por un hombre que es un marginal, que vende drogas, y por ahí se desarrolla una relación entre ellos muy interesante y cambia completamente la vida de esta muchacha. Es un drama que habla sobre las relaciones familiares. Esa es la historia de ‘Anita, la Cazadora de Insectos’”.
El 3 de mayo próximo, para el cierre de este ciclo, será exhibida otra película de Hispano Durón, el cortometraje ‘El Chele’, también basado en una historia de un escritor hondureño, Juan Ramón Molina.
¿Qué significa hacer cine en Honduras?, le preguntamos a Hispano Durón.
“Significa una lucha bastante grande porque no tenemos una plataforma industrial en Honduras para hacer cine, no hay una ley de cine que estimule y proteja la producción nacional. Lo que sí hay es un interés muy grande de parte del público hondureño de ver las películas hondureñas y eso ha sido lo que ha mantenido la producción nacional a flote. Entonces es una lucha titánica, pero al mismo tiempo es una lucha muy gratificante”.
A pesar de todos los problemas que puedan enfrentar los cineastas hondureños, Hispano Durón cree que su país está viviendo un momento dulce en cuanto al séptimo arte.
“La situación en estos momentos en el cine hondureño está muy bien. Seguimos sin el apoyo estatal, que podría mejorar la situación, no hay un apoyo del Gobierno ni incluso de la empresa privada, pero hay mucho entusiasmo por hacer cine y, sobre todo, hay mucho entusiasmo por ver cine. Entonces la gente se las arregla de la manera que sea, buscando fondos con amigos o con los familiares o con ayudas internacionales, las películas se hacen y se está desarrollando este movimiento que tiene un resultado para mí muy interesante, porque se hace cine sin las condiciones de un país industrial, pero con mucha aceptación de parte del público”.
Los otros largometrajes incluidos en el primer ciclo de cine hondureño en la República Checa son ‘Amor y Frijoles’, de Michael Kodath y Hernán Pereira, que será exhibida el 19 de abril; y ‘Almas de la Media noche’, de Juan Carlos Fanconi, que estará en cartelera el 26 de abril próximo.
Para concluir el 3 de mayo con tres cortometrajes, uno de Hispano Durón, el ya mencionado ‘El Chele’, y dos del cineasta James Joint. Todas las funciones serán en el Instituto Cervantes de Praga, a las 19:00 horas, con entrada libre hasta agotar aforo.