. Los científicos coinciden en señalar que la majestuosidad de esta cavidad natural se moldeó hace aproximadamente un millón de años por las corrientes subterráneas del río Pinabete, el que al abandonar las profundidades de la colina se funde con el río Talgua. En esta cuenca pueden hallarse varios sitios arqueológicos, testigos de los múltiples asentamientos humanos en esa zona desde casi tres mil años. Calaveras luminosas que se pueden apreciar en el museo en este parque eco arqueológico en Catacamas, Olancho.
Entre todos los que han sorprendido está el osario de las cuevas de Talgua. La importancia de este enterramiento es que en Honduras se han descubierto pocas cuevas funerarias del periodo prehispánico, y estas son las primeras cuevas del país en ser investigadas científicamente. El descubrimiento se llevó a cabo en abril de 1994 por Jorge Yáñez y Desiderio Reyes. Trepando por una pared de casi 30 pies de altura, a la luz de sus linternas, pudieron divisar cientos de huesos humanos y varios restos de vasijas. Recorrido entre estalactitas y estalagmitas En el tramo de casi medio kilómetro, habilitado para ser visitado, se pueden observar infinidad de formaciones rocosas con figuras diversas. Dentro de la cripta el visitante da rienda suelta a su imaginación.
Calaveras luminosas que se pueden apreciar en el museo en este parque eco arqueológico en Catacamas, Olancho |
Abundan las estalactitas y estalagmitas creadas por la pérdida de agua ácida que disuelve la roca caliza. Está “la catedral”, llamada así porque supuestamente los antepasados la usaban como un lugar sagrado donde preparaban los huesos para luego depositarlos en el interior de la cueva. El techo elevado la estalactita y estalagmita hacen imaginar un templo. El sonido del agua se hace más fuerte en algunos tramos, lo que explica que hay una cascada “atrapada” entre las rocas. En otro sector de la cueva, bajando gradas y a 500 metros bajo tierra está la cámara ritual o cementerio. Algunas de las osamentas han sido preservadas por una capa de calcioresplandeciente, depositada por casi un milenio por el agua que todavía se filtra por las paredes de piedra caliza de la cueva
Este es el fenómeno luminoso que encierra las cuevas de Talgua: los cristales de calcita brillan a la luz, dando lugar al nombre de “Calaveras Luminosas”. Se ha logrado determinar en el laboratorio que las osamentas encontradas en el interior de la cueva de Talgua datan del año 1000 antes de Cristo. Parte de la historia puede encontrarseen el Museo instalado afuera de las cuevas, como parte del centro de atenciones para los visitantes ecoturísticos.