27 de marzo de 2011

Julio Soto, cacique del pueblo tolupán

Uno de los ultimos caciques Tolupanes
El presidente de Honduras Porfirio Lobo, en compañía del secretario privado de la presidencia, Reinaldo Sánchez y el ministro de los Pueblos Indígenas y Afro- Hondureños, Luis Green, asistió este martes, a la Montaña de La Flor, al velatorio del cacique Tolupán, Julio Soto, reconociendo de esta manera la encomiable labor de ese líder indígena, en favor de la preservación de esa grupo étnico en el país.

De esta forma, el Mandatario dejó evidenciado ante los familiares y pobladores de esa región, que el Gobierno reconoce la labor de los hondureños que se han destacado por la lucha en defensa de las costumbres, derechos y conquistas de las etnias de Honduras.

En ese sentido, el Gobernante hondureño patentizó sus muestras de pesar a los familiares y amistades del cacique mayor de la tribu La Ceiba, Julio Soto, quién a sus 90 años deja un importante legado a futuras generaciones, respecto a lucha en defensa de la comunidad Tolupán, para garantizar a las familias mejores condiciones de vida.

Los tolupanes son una etnia en peligro de extinción, que durante muchos años ha vivido en la pobreza y casi en el olvido total.

El ministro de los Pueblos Indígenas y Afrohondureños, Luis Green, gestionó el traslado del cadáver de Soto hacia la Montaña de la Flor, acompañado de una comisión de su Ministerio, añadió la nota.

Destacó que "Soto fue uno de los pilares de la organización indígena tolupán y consagró su vida a la defensa de la tierras comunales".

"Su muerte", agregó, "provoca un hondo vacío en su comunidad y la sociedad hondureña en general, puesto que, aparte de su lucha social, era un fiel testimonio del arraigo cultural", pues conservaba "alrededor de él la estructura política ancestral de la tribu La Ceiba de la Montaña de la Flor.El otro cacique importante de los tolupanes es Cipriano Martínez, de 110 años.

Los tolupanes son uno de los ocho grupos étnicos que viven en Honduras, en su mayoría sumidos en la pobreza y miseria, y representan alrededor del 10 por ciento de la población de Honduras, que actualmente es de unos ocho millones de habitantes.