Por: Luisa Aguero (Hablemos Claro)San Pedro Sula
La carrera de Héctor Javier Rodríguez Cárcamo no comenzó por casualidad. El joven artista hondureño, considerado hoy, uno de los mejores músicos con proyección internacional, inició su formación a edad muy temprana. Él, siempre supo que con, la ayuda de Dios y con su absoluta disciplina, llegaría hasta los principales escenarios del mundo y hoy, ha superado sus expectativas con creces, cambiando de esta forma, el rumbo de su futuro promisorio.
Este joven egresado como bachiller en Música de la Escuela de Música Victoriano López, en San Pedro Sula, siempre se destacó como el alumno más sobresaliente de cada año. A partir de allí, con una licenciatura en música con especialidad en el corno de la Universidad Hattiesburg, del sur de Mississippi y graduado con los más altos honores, comienza una meteórica carrera que, hasta hoy, no ha parado.
Pero su sólida formación lo ha hecho trascender fronteras a las mejores universidades de Estados Unidos, Europa y Asia, algo que le ha permitido dominar con total fluidez los idiomas: inglés, italiano, español, japonés, francés, alemán, el conocimiento avanzado del coreano e intermedio de los idiomas portugués y hebreo.
Este joven talentoso, que se ha formado con los mejores profesores del mundo, hoy reside en Italia. Sin embargo, el amor y la nostalgia por la tierra que lo vio nacer se mantienen inalterables en su corazón.
¿Emigró por falta de apoyo en nuestro país?, le consultamos en una breve visita que realizara a su madre residente en San Pedro Sula. “Se dio la oportunidad de salir de Honduras y de tener a mi alcance la mejor enseñanza con becas completas para maestrías y post grados, es algo que siempre le voy a agradecer a Dios y a mi madre que siempre me ha apoyado”, expresa emocionado.
Y su recorrido musical desde la Orquesta Sinfónica de Miami, como Corno Principal, en la Sinfónica de Chicago como invitado regular, o en la Sinfónica Nacional de la República Dominicana lo siguen colmando de satisfacciones.
Pero su trayectoria va más allá con el Quinteto de Bronces de Miami, con la Orquesta Sinfónica NHK de Tokio (Japón); como Corno Principal Interino, con la Filarmónica de Seúl (Corea del Sur); en calidad de Asociado Corno Principal y con la Orquesta del Centro de Artes de Hyogo (Japón); como Corno Principal.
Una de las experiencias más gratas en su fructífera carrera la recuerda como Corno Principal con el maestro Daniel Barenboim, en la Orquesta Cívica de Chicago. “Siempre guardaré en mi corazón la gira con la Orquesta Sinfónica de Chicago en el Festival de Lucerna (Suiza) y con la Orquesta Sinfónica Real de Omán”, relata.
La excelencia de este músico sampedrano, talento hondureño de exportación, le ha permitido mostrar su arte con la Orquesta Filarmónica de Niza (Opera de Nice, Francia); en el Festival Spoleto; ir de Gira con la Orquesta Filarmónica de Oslo por los Estados Unidos con André Previn; y con la Orquesta del Festival de Verbier Orchestra (Suiza), entre otras.
RECONOCIMIENTOS
Y si de premios se trata, Héctor Javier Rodríguez Cárcamo se ganó, gracias a su sólida preparación, la posición de Corno Principal de la Orquesta Filarmónica de Seúl, Corea del Sur, Corno Principal Interino de la Orquesta Sinfónica NHK de Tokio, Japón y Corno de la Orchestra del Maggio Musicale Fiorentino en Florencia, Italia.
Lo que resta de 2011 y el próximo año, serán de actividad constante entre giras y presentaciones, para este músico, orgullo hondureño, quien se siente tan vinculado con sus raíces.
Héctor es, a pesar de sus 33 años, un artista consumado que ha logrado triunfar con dedicación y perseverancia. “Esto es gracias a Dios y al apoyo de mi familia”, agrega con una sonrisa.
Sin embargo, si le preguntamos a este carismático joven, desbordante de confianza si ya ha alcanzado todas sus metas, no tardaremos en descubrir que esto apenas comienza. Para confirmarlo, nos cuenta que hay varios proyectos en perspectiva. Y, en este despliegue de nuevos rumbos que nunca deja de explorar, Héctor nos brindó una magnífica muestra de su deliciosa sensibilidad.
Muchos de los sueños de Héctor se hicieron realidad, pero su trabajo es arduo en el perfeccionamiento de sus cualidades, una labor en la cual no para, en busca de la excelencia permanente. “Para lograrlo es vital tener siempre a Dios en el corazón y ponerlo todo en sus manos, para poder alcanzar las metas”, apunta.
El artista hondureño es un talento que rompió barreras, con su ilimitado entusiasmo, solo basta escucharlo, para tener su nombre… siempre presente.