Zoyla Bustillo es una destacada periodista hondureña que hace 20 años se marchó hacia México donde en la actualidad es líder de la Dirección de Comunicación de la Arquidiócesis del país azteca.
Es originaria de Olanchito, Yoro, cuna de los intelectuales de Honduras. Hija de don Camilo Bustillo y doña Nora Posas.
Está casada con el periodista Salvador Borja, periodista de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex).
En Honduras trabajó en la Secretaría de Prensa y en Diario La Prensa, donde se destacó por su integridad y calidad periodística.
Como toda costeña es extrovertida y alegre. Servicial y muy trabajadora.
Su talento y calidad humana aportan a la edificación de sus hijos Natalia (23) y Emiliano (17).
Actualmente tiene a su cargo la Agencia de Noticias Catòlicas de la Arquidiòcesis de Mèxico, donde tambièn hace trabajo reporteril ya que foma parte del equipo de la Direcciòn de Comunicaciòn Social.
La periodista corresponsal de Notimex en Honduras, Miriam Mercado, define a Zoyla y al mexicano Salvador Borja como "personas extraordinarias con una familia extraordinaria".
Departamento 19 dialogó con la periodista hondureña que exhorta al gobierno hondureño y la ciudadanía en general a potenciar esfuerzos para que el mundo conozca que el país tiene muchísimas cosas buenas, como su gente, y no sólo indicadores de violencia y corrupción.
¿Hace cuántos años se marchó de Honduras?
-Exactamente el 17 de septiembre de este 2014 cumplo 20 años de haberme marchado de Honduras.
¿Qué le causó más nostalgia al irse del país?
-Dejar a mis padres, a mis hermanos, a toda mi familia, y muy en especial a mis grandes amigos, con todos ellos viví una de las mejores etapas de mi vida.
¿Qué recuerdos bonitos y malos tiene de Honduras y su gente?
Creo que cuando se está lejos no caben malos recuerdos, sólo lo que causa alegría y a veces nostalgia. Siempre comparto mis hermosas vivencias de niña en mi pueblo, Olanchito, le cuento a mis hijos que me crié sin televisión, las tardes esperando la llegada del tren, los fines de semana en las fincas de banano, etc. Cómo olvidar esa etapa como estudiante de Periodismo en la UNAH, estuvo llena de tantas aventuras junto a amigos tan queridos que al recordarlas todavía me hacen reír.
Guardo también bonitos recuerdos de mi trabajo como reportera en Honduras, sin esa experiencia nunca hubiera tenido una oportunidad de ejercer mi profesión en México.
¿Qué la motivó a marcharse de Honduras?
-Siempre digo que el destino nos pone caminos inesperados. Fue así como me casé en Honduras con un mexicano, Salvador Borja, quien llegó como corresponsal de la agencia Notimex a cubrir lo que sucedía en Honduras en los años 90, vivimos en Tegucigalpa casi cuatro años, allí nació mi primera hija Natalia y después a mi esposo lo trasladaron a México y así empezó mi nueva vida.
¿Qué lazos la unen al país?
-La familia y los amigos.
¿Qué hace en México?
De todo un poco. Soy ama de casa, esposa y mamá de Natalia y de Emiliano. Pero como el periodismo es un gusanito que se mete muy adentro, después de un tiempo de haber llegado a México decidí buscar la oportunidad de ejercer mi carrera.
¿En qué trabaja?
-Trabajo en la Dirección de Comunicación Social de la Arquidiócesis de México. Es algo que nunca imaginé, pero me encanta. Es un trabajo muy interesante, la Arquidiócesis de México es una de las más grandes, católicos y pobladas del mundo con más de siete millones de fieles católicos y de ese tamaño es la labor informativa, por ejemplo en este momento hacemos un recorrido por todos los rincones del Distrito Federal acompañando al Arzobispo, cardenal Norberto Rivera, en una visita pastoral.
Además del trabajo de relaciones públicas, semanalmente publicamos un periódico que se llama "Desde la fe", que circula a nivel nacional con más de 650 mil ejemplares -el más grande en su categoría en América Latina- que tiene un gran impacto mediático por sus polémicos editoriales y tenemos una agencia católica de noticias en Internet donde publicamos información todos los días.
¿Se relaciona allá con otros hondureños?
-No mucho, desgraciadamente la comunidad hondureña no está muy organizada aquí en el Distrito Federal, pero en algunas ocasiones como el Día de la Virgen de Suyapa celebramos una misa y comemos platillos típicos hondureños como tapado, nacatamales, tajaditas de guineo, yuca con chicharrón, baleadas, entre otras delicias culinarias.
¿Qué extraña de Honduras?
-Todo. Ahora, por ejemplo, contestando estas preguntas, vienen a mi mente tantos recuerdos. Extraño mucho a mis padres, en muchos momentos deseo tener cerca a alguna de mis hermanas, a los amigos, también extraño la comida un plato de yuca, las tajaditas de guineo verdes. Aquí he tenido la suerte de encontrar personas maravillosas, pero nunca he podido sustituir mis afectos.
¿El país que dejó es distinto al de ahora, del que se informa por las noticias?
-Sí. Las noticias sobre Honduras son distintas, además siempre se ve más grande todo desde afuera; hay cosas que preocupan como los índices de violencia, la situación económica, el narcotráfico.
Me dolió mucho la última vez que fui a Olanchito y no pude disfrutar del parque como antes, porque hay mucha inseguridad.
¿Cuántas veces ha venido a Honduras desde que se fue?
-Trato de ir por lo menos cada año y medio, aunque no es tan fácil por el trabajo y la familia.
¿Ya viviendo en otro país, cambió su visión sobre la vida y el futuro que usted se había imaginado en Honduras?
-Sí. Nunca me imaginé como ama de casa, eso fue difícil al principio, pero le agarré el gusto y ahora no lo cambiaría por nada y poderlo combinar con mi trabajo de periodista definitivamente le dio un gran giro a mi vida porque he aprendido a apreciar y poner todo mi empeño en cada situación, desde atravesar la ciudad con dos horas de ida y dos de regreso para hacer un reportaje, hasta organizar la comida, el aseo de la casa
¿Como hondureña viviendo en México, tiene expectativas con el nuevo gobierno hondureño?
-Creo que como todos los hondureños dentro y fuera del país, deseo que haya paz, mejor educación, que acabe la corrupción; en fin que Honduras aparezca en las noticias por las cosas buenas que tiene para ofrecer como el calor de su gente, sus paraísos naturales, sus playas como las de Tela, La Ceiba y Trujillo, sus joyas prehispánicas como las ruinas de Copán y su arquitectura colonial como en Comayagua con sus tesoros pictóricos. Tantas cosas que tenemos para mostrar al mundo como la barrera de coral que existe en el Caribe, que es un paraíso para el buceo internacional, etc.
¿Qué sabe de los hondureños indocumentados que pasan por México?
-Por la naturaleza de mi trabajo tengo contacto con compatriotas que se han quedado a medio camino mientras intentan cruzar a los Estados Unidos. La Comisión de Migrantes de la Arquidiócesis de México tiene programas de ayuda que les brindan albergue, apoyo legal y económico en caso de que quieran regresar al país. Me ha tocado entrevistar a algunos que han sufrido diversos tipos de violencia y eso es muy triste.
-Mi corazón catracho siempre vibra con los colores nacionales, la música de nuestra Patria, la Selección Nacional, sus escritores y poetas, su historia de hazañas, la grandeza de sus montañas, el calor de su gente, y todo lo que representa nuestra gran nación ¡Viva Honduras!
Articulo cortesia de : Seccion : Departamento 19 (Diario Proceso Digital)