1 de agosto de 2010

Rosadel Farach primera mujer piloto de Latinoamerica

Rosadel Farach,orgullo de la aviación hondureña
“Me trataron como hombre, me cortaron el cabello”
Eran los setenta y en Honduras ya había mujeres haciendo pininos en la aviación. Rosadel Farach es la primera piloto comercial de Latinoamérica. Dijo adiós a los aires sin ser profeta en su tierra

San Pedro Sula
Cuando entré a estudiar aviación ya había mujeres haciendo prácticas, pero la que terminó la carrera de piloto comercial fui yo. Como no pude trabajar en Honduras, me fui a Europa a la universidad de aviación Air Service Training de Inglaterra y regresé con la ilusión de trabajar en TAN Sahsa, que era el boom de la aviación hondureña. Había entrado la era de los 80 y, preparada para explorar los cielos de mi país, llegué a Tegucigalpa con una formación técnica que no logró vencer al machismo de la época.
El gran reto
Comencé la carrera con 24 años y el apoyo de mis padres, pero en ese tiempo las señoritas no salíamos solas. Que yo estuviera en el aire sola con un hombre era algo fuerte, no se aceptaba que yo tuviera esa libertad.
Pero la sed de maniobrar una aeronave hondureña era algo que me impulsaba a luchar. Así que vine de Europa y me metí en el aparcamiento de Sahsa, en la parte de los directores de operaciones y jefes de pilotos. Era el comienzo de la década y en ese tiempo las mujeres apenas conducían automóviles. Me escondía detrás del carro y cuando ellos iban a sacar su automóvil, yo saltaba y les decía “¡Hola, soy Rosabel Farach! ¿Me da trabajo? ¡Yo soy piloto comercial!”
Así comencé, pero no me dieron trabajo. Después de tres años de intentos fallidos, me fui a trabajar a Estados Unidos. Meses más tarde decidí regresar a Europa para obtener mejores calificaciones y un mejor currículum.
El regreso
Al regresar de Inglaterra fui a Estados Unidos para validar la licencia hondureña con la americana. Volví a Tegucigalpa para ver si esta vez me daban trabajo. Dos años más y la espera se alargaba, pero mi sed de volar continuaba insaciable. Entonces retorné a EUA y comencé como instructora de vuelo en una línea de aquel país. Llegó el año de 1985 y recuerdo que para ese tiempo reclutaban personal para TAN Airlines y Sahsa. Yo veía a mis colegas hondureños en Miami Internacional y siempre les recordaba: ¡Denme trabajo, muchachos! Es que yo quería volver a Honduras, a mi tierra, y finalmente, como para quitarme de encima, me llamaron. Estaba calificada para trabajar en TAN, que tenía las rutas internacionales. Vine a Tegucigalpa para la entrevista y días más tarde ya dirigía un avión DCS para Sahsa basada en La Ceiba.
Mis colegas pensaron que no me vendría. ¡Si usted hubiera visto la cara de sorpresa que pusieron cuando les dije que me quedaría en La Ceiba! Me trataron como hombre, me cortaron el pelo y me obligaron a usar zapatos de hombre. Me sentí muy mal, pero en el interior estaba feliz.
Una etapa dura
Por quejas machistas de mis compañeros, finalmente me pusieron en tierra con un salario. Estuve tres meses en tierra porque los pilotos dijeron que iban a ponerse en huelga; no querían a una mujer en la cabina. Un día me armé de valor y les dije: “Si me dan el pasaje, regreso a Estados Unidos. No voy a estar aquí recibiendo un salario ni siendo maltratada”. Ni cortos ni perezosos, me dieron el pasaje y con mucha tristeza regresé a Estados Unidos. Volví a volar en Miami, mi cabello había crecido y yo dirigía un DC3. Como ya sabía la frecuencia en la que mis ex compañeros hablaban, un día tenía detrás un avión de los de ellos; esperábamos llegar a la pista para despegar. No teníamos presurización y las ventanas estaban abiertas. Entonces les dije: “¡Muchachos! ¿Ven ese pelo largo saliendo por esa ventana? ¡Es el mío, ya no tengo que andar disfrazada de hombre!” Hoy pienso que las cosas se aceptan con balance. Nunca hice un vuelo transatlántico, pero volé mucho por toda América y uno de mis mayores momentos de felicidad fue cuando el coronel Enrique Soto Cano me dijo: “Eres la primera mujer piloto de Latinoamérica”.
30.07.10 - Actualizado: 30.07.10 07:27pm - Roque J. Galo : roque.galo@laprensa.hn