21 de noviembre de 2010
Los últimos días de Amaya Amador (44 aniversario de su muerte)
Por: Juan Ramón Martínez
El último hondureño que vio con vida a Amaya Amador fue Longino Becerra. Dos semanas antes de su muerte se despidieron en Moscú. Amaya Amador, salió para Sofía a desempeñarse como delegado comunista ante el congreso que se debía celebrar en esa ciudad. Becerra, que entonces era redactor de la sección internacional deRadio Habana, Cuba, tomó el avión de Aeroflot con rumbo a Cuba. Ni Amaya Amador ni mucho menos Becerra, sospecharon que el abrazo que se daban en el aeropuerto de la capital de la Unión Soviética, era el último. Ambos se sentían jóvenes y solo de vez en cuando, pensaban en la muerte. Amaya Amador dejó muy pocas cosas escritas para que la posteridad le conociera, convencido que sus libros hablarían por él. Un supuesto diario que aparentemente escribiera durante la mayoría de sus años adultos de vida, todavía guarda sus secretos.
Concluido el congreso donde los comunistas búlgaros discutieron sus asuntos principales, Ramón Amaya Amador y sus compañeros de la redacción de la revista Internacional, se prepararon para el regreso a Praga. José Manuel Fortuny, le propuso a AmayaAmador que viajaran en tren y le dijo que el tiempo que perderían, lo podían aprovechar conversando, comiendo y tomando algunas cervezas durante el trayecto. AmayaAmador argumentó que tenía muchas cosas que hacer el día siguiente y que prefería ir a dormir a Praga para levantarse temprano a cumplirlas. El otro insistió. Sin embargo el novelista hondureño le dijo que no. Se dieron la mano como siempre, y cada uno se enfrentó a sus realidades.
Fuente: Ramón Amaya Amador, biografía de un escritor, Juan Ramón Martínez, Editorial Universitaria, Tegucigalpa, diciembre de 1995
Etiquetas:
Historia,
Literatura
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