La cantante de jazz Eva Cortés, que nació en Honduras y creció en Sevilla, España, cerca de un barrio gitano, es una de las voces que están calentando este verano parisino, con un nuevo disco en el que regresa a las fuentes del jazz.
"Back to the Source", publicado por Universal Music, es el cuarto disco de esta cantante de voz aterciopelada, que en su anterior álbum, "El mar de mi vida", exploró el flamenco, con el que se empapó en el barrio Los Alcores, en Sevilla.
"Back to the Source", publicado por Universal Music, es el cuarto disco de esta cantante de voz aterciopelada, que en su anterior álbum, "El mar de mi vida", exploró el flamenco, con el que se empapó en el barrio Los Alcores, en Sevilla.
La cantante y compositora nacida en Tegucigalpa hace 39 años ha incorporado en otros trabajos las cadencias latinoamericanas, que la arrullaron en su infancia. Pero su primera gran pasión musical fue el blues, y luego el jazz, que ha mezclado con ecos andaluces.
En su último disco --que incluye colaboraciones con el brasileño Romero Lubambo y el gran guitarrista de jazz, Mark Whitfield--, Cortés se aparta de las propuestas de fusión musical, que marcaron sus otros discos, para centrarse en el jazz.
"Este disco es, como dice el título, un regreso a las fuentes del jazz", explicó la cantante en una entrevista en París, donde ofreció un concierto en Sunside, uno de los clubes de jazz más emblemáticos de la capital francesa.
Acompañada de piano, guitarra, batería y contrabajo, la cantante interpretó temas clásicos de Duke Ellington, Cole Porter, Betty Carter, que recoge en el disco recién salido del horno.
"Back to the source" es el fruto de "un trabajo de recogimiento, en el que he buscado simplificar al máximo, para expresar de otra manera el sentimiento y emoción del jazz, la esencia del jazz", dijo.
Esa es la primera vez que Cortés, que vino a España de pequeña, con sus padres, graba sólo en inglés. Pero la artista tiene muy vivas sus raíces latinas, pese a su acento andaluz.
"Crecí en una familia de una gran tradición musical. Había muchos marimberos, violinistas, pianistas en mi familia. Mi madre cantaba a Mercedes Sosa, Violeta Parra, y mi nana me arrullaba con boleros", recordó Cortés que a los siete años grabó un disco con Miguel Bosé, Ana Belén, titulado "Cosas de niños".
"Pero no supe digerir bien (ese éxito). Todos los niños me pedían siempre en el patio de la escuela que cantara, y yo sólo quería jugar. Así que cuando me propusieron grabar más, no quise" dijo la artista, con cuatro álbumes a sus espaldas, entre ellos "Como agua entre los dedos".
"Fue hasta los 16 años que formé mi primer grupo de blues", recordó Cortés, que ha trabajado con algunos grandes del flamenco, como Camarón de la Isla y Miguel Poveda.
"Son grandes artistas, y para mi fue una gran emoción conocer a Camarón, ver su entrega total al arte, a su música. El flamenco era todo para él. Y yo aprendí mucho al ver esa entrega".
"Creo que el arte posibilita la canalización de emociones, sentimientos, angustias, pero hay que darse a él por completo", dijo la cantante.
"La música es un sin vivir. Te obliga siempre a cuestionarte. Es un desafío permanente porque te estás midiendo contigo misma todo el tiempo", concluyó Eva Cortés, que ha sido elogiada por críticos como una de las compositoras y cantantes más interesantes de la escena de jazz en español.