5 de noviembre de 2011

La voz hondureña de UNIVISION

Julio Cesar DoleSan Pedro Sula, Honduras
Después de 22 años de ser la voz de Univisión donde tuvo la oportunidad de alternar con cientos de artistas y personajes de renombre internacional, el progreseño Julio César Dole regresó a la Patria que lo vio dar sus primeros pasos como locutor.
El cipote que creció en los campos bananeros cortando leña, jugando potras y bañando en los riachuelos, no sabía que había nacido con una estrella que lo llevaría a compartir con los grandes de la televisión y la radio de Estados Unidos.
Más que una estrella fue su voz la que le fue abriendo poco a poco los caminos del éxito, primero en las emisoras del país y luego en la más grande cadena de televisión en Miami, según dijo a su regreso del país donde tocó la gloria.
Siendo niño se dio cuenta que había nacido con un don en su garganta mientras jugaba a comunicarse por teléfono con un amiguito. “Hablás como locutor”, le dijo su alero a través de un teléfono que ambos habían hecho con dos latas vacías unidas por un cordel.
Por ese tiempo estaba en boga en San Pedro Sula el locutor de origen cubano Alfredo Arambarry, a quien Julio César admiraba por su timbre de voz nasal, potente y muy particular. Siempre lo escuchaba por el radio mientras Arambarry presentaba al conjunto musical de la Q. No se le olvida el momento en que lo tuvo frente a frente, después de viajar de Paujiles a San Pedro Sula, solo para ver su show en la desaparecida Radio Suyapa.
No se imaginó el chavalo que con el tiempo llegaría a trabajar como locutor en esa misma emisora.
En el Ramal de Los PájarosComo todo campeño, Julio César viajó en el tren “Machangai” , que ofrecía servicio gratuito a los trabajadores de la bananera, los domingos, para que fueran a El Progreso a comprar la provisión de la semana, a ver un partido de fútbol o a ver una película en el cine Moderno.
Otro tren era el Mixto, que ofrecía un servicio barato a las personas que se mudaban de un campo a otro con todos sus “chunches”, mientras que el Pasajero era de más categoría porque tenía servicio de primera con asientos “pullman”, recuerda Julio César.
Vivió en el Ramal de los Pájaros del sector de Urraco, llamado así porque en un extremo estaban los campos Paujiles y Loro y del otro, Perdiz y Pato, hasta que empacó sus sueños y regresó a El Progreso, donde se enfrentó por primera vez a un micrófono.
“Comencé en La Voz del Ulúa, que luego se llamó Radio Ulúa. Recuerdo que por la noche sacábamos los parlantes para que la gente, sentada en las bancas del parque, escuchara el programa de Tres Patines, que yo me encargaba de anunciar”.
Mientras estudiaba la secundaria, paseó también su voz por las frecuencias de las emisoras sampedranas La Voz de Centroamérica, Radio Metropolitana, Radio Suyapa, Radio Continental, Radio Éxitos, Radio El Mundo y Radio Latina.
Uno de sus momentos más emocionantes como locutor lo vivió cuando entró a laborar a HRN de la capital. “Sentí como si hubiera entrado a la Basílica de San Pedro, en Roma, cuando me ví en aquella lujosa cabina con un micrófono Telefunken enfrente”, dijo.
El gran saltoNo obstante que se sentía como pájaro en el aire dentro de aquel ambiente de radio, un buen día decidió irse a trabajar por una temporada a Estados Unidos, con la idea de traer un carrito y reunir la prima para una casa, sin imaginar que también allá los micrófonos se le atravesarían en el camino.
Resulta que estando sudando “la gota gorda” como obrero de mantenimiento se encontró con un viejo amigo hondureño que laboraba en una radio de Houston, quien lo recomendó para que trabajara en lo que él adoraba: la locución.
Su voz fue la mejor carta de presentación para que luego fuera solicitado por CMQ de Miami, del señor Raúl Alarcón, un cubano famoso porque le daba apoyo a los inmigrantes hondureños.
Estando en esa emisora lo monitoreó el presidente de Eventos Especiales de Univisión, Omar Marchant, mientras paseaba en su yate por los Cayos de La Florida. Le hicieron la prueba y se quedó para convertirse en la voz oficial de Univisión.
Su vida había cambiado, ahora no tenía tiempo ni para tomarse un café con los amigos, pero le gustaba aquel ambiente en el que presentaba a Don Francisco, a los periodistas Jorge Ramos y María Elena Salinas y programas que daban la vuelta al mundo de habla hispana como Primer Impacto.
Hacía de todo. Era animador, disc jokey y presentador de escenario en eventos como el carnaval de la Calle Ocho de Miami y el décimo noveno festival de la OTI que tuvo lugar en Las Vegas, Nevada.
Tuvo también el honor de presentar a Vicky Carr y al actor de cine Ricardo Montalván como conductores de un evento que tuvo lugar en el Kennedy Center de Washington.
Su relación con la famosa cadena de televisión terminó el pasado mes de junio, aunque todavía no puede brindar sus servicios a otro medio de comunicación sin el consentimiento de Univisión, según el convenio.
Siento que mi voz ya no es la misma. Ahora voy a descansar en mi país, me retiro con la satisfacción de haber sido la única voz que representó a Honduras en otro país”, dijo tras la despedida que le hicieron en Univisión junto con otra destacada hondureña, Neyda Sandoval.
Fuente : laprensa.hn